every
head he had the pleasure to know
"En Penny Lane hay un peluquero que expone fotografías/
de cada cabeza que tuvo el gusto de conocer. / Y toda la gente que viene y va/
se detiene y saluda”.
https://www.youtube.com/watch?v=S-rB0pHI9fU
Aprendí inglés cantando esta canción
de los Beatles, cuya primera estrofa parece haber sido escrita a propósito para
el descabellado proyecto cultural-peluqueril que peina, colorea y recorta este
equipo dirigido por el DT Pablo Bigliardi. Y al cual me sumo hoy en calidad de
colorista. Empiezo con lo básico: blanco, negro y gris ceniza. A peinar canas nostálgicas,
entonces. Que se vean nomás esas raíces…
El vértigo y la ternura del Material de Archivo que el fotógrafo Alejandro Lamas comparte a través del sitio web del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (una galería de copias digitales de fotos analógicas para mirar en casa) retoma en versión virtual y expandida aquella antigua costumbre de revolver la caja de cartón (de zapatos, de camisas, de lo que fuese) donde una familia atesoraba las huellas en blanco y negro de las miradas, los rostros y los lugares de sus ancestros. Al hacer clic en:
http://ccrf.gob.ar/cartelera/material-de-archivo/
empieza la función, el desplegarse
de una exposición de fotografía cuyo recorrido no exige el movimiento del
cuerpo, sino el viaje sedentario en el tiempo a través de la memoria.
En una entrevista a Paul McCartney
por Stephen Colbert [2’:10”], el entrevistador le muestra al ex beatle una foto
del dúo Lennon-McCartney componiendo. Paul no recuerda qué canción era y hasta
confiesa que llegó a dudar (en pleno escándalo mediático sobre la separación de
los Beatles en 1970) de si alguna vez John Lennon y él habían sido amigos. La
experiencia que la foto registra es un punto ciego en su subjetividad.
"Pero vi esta foto y dije: 'sí. Fuimos amigos'". La foto valida su
amistad, la salva del olvido. Hace lo que la memoria por sí sola no hubiera
podido hacer sin el otro.
Entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=sPBTn746v4I
La anécdota revela un modo de funcionamiento del combo archivo fotográfico-memoria que es el mismo que activa Lamas aquí. Álbum no-familiar en tres ciudades (Buenos Aires, Rosario y Madrid), este "Material de Archivo" recorre un repertorio de lugares, costumbres y personajes captados casi en el instante antes de su desaparición. El "esto ha sido" es asido. Es registrado, es documentado, pero no aún para el museo de las sucesivas generaciones sino para el público que lo conoció, vio, recuerda, comprende su sentido. El presente de la muestra se sitúa en el momento histórico privilegiado en que todavía viven los ojos que vieron a Cachilo, a Jorge Riestra, a Alfredo Zitarrosa, a Jean-François Casanovas bajo su personificación escénica en “Caviar” o al Negro Fontanarrosa, por nombrar a algunos de los retratados. También están el transeúnte anónimo, o el predicador de plaza, en fotos furtivas que hoy no sería posible publicar sin que sus protagonistas se reconocieran en las redes.
Quienes osaban andar por las calles mudas de la Rosario de la dictadura, se encontraban con la elocuencia del único inimputable que grafiteaba las paredes en el espacio público: Cachilo, un vagabundo de barbas desgreñadas que vivía en la calle y recibió el epíteto épico de "el poeta de los muros". Aquellos versos rimados de extraña lógica eran repetidos en las conversaciones de antes, mientras el tiempo iba borrando aquellas palabras escritas con tiza; pero siguen ahí, en las fotos que sacó Lamas, cuyo apellido en galego significa "huella", como dijo el ensayista fotográfico en una entrevista para Rosario/12:
https://www.pagina12.com.ar/205148-de-fotografias-y-otras-
fantasmagorias
"Instant-táneas de la calle", diría en otra canción Fito Páez, que aparece jovencísimo y entusiasta junto a su piano. Tan joven como un Miguel Roig de rulos oscuros, cuyas orejas tapadas por aquel icónico cabello setentoso escuchan con unción al escritor Jorge Riestra, en uno de aquellos bares rosarinos que ya no existen, o de los que hoy sólo resta una carcasa modernizada sin alma... pero que viven en la foto, y que también resisten en las novelas de Jorge Riestra, como Salón de billares o El taco de ébano.
Aún viven quienes atesoran en la
mítica caja familiar aquellas fotos que tomaban en las plazas de Rosario los
fotógrafos callejeros con su cámara de cajón montada sobre un trípode, a
algunos de los cuales Lamas retrata en una serie de cazadores cazados, que pega
sobre la imagen fotográfica de una vieja cámara de cajón. Esta acción de
montaje los sitúa en el mismo lugar de la galería de retratos trashumante que
ellos llevaban allí para lucir su oficio, como el barbero de la letra de
McCartney arriba citada… ¡tan parecido al DT Bigliardi de hoy! Y lo que desfila
en esta galería de fotos por Alejandro Lamas es la canción Penny Lane de
toda una generación.
En estos días de soledad globalizada, hace mucho bien volver a ver gente y lugares, amados y perdidos, que por años estuvieron en boca de todos en aquellas largas charlas sin límite de tiempo que aún no se llamaban presenciales, creadoras del recuerdo colectivo que da identidad a la cultura local; pero ver pasar estas fotos es más aún que un ejercicio de nostalgia documentalista. Es la experiencia estética de la melancolía, mediada no sólo por la técnica de la fotografía sino por el procedimiento del montaje, que Lamas usa para complejizar sus constelaciones de imágenes. El papel rasgado de la copia, vuelto a fotografiar y a copiar, inscribe la actualidad de un gesto manual en el cuerpo de eso que ya no es sólo un documento de lo que se ha visto, sino un registro performático de lo que se ha hecho. El desgarro elige, como la memoria. O va desmechando y recorta, como un buen peluquero: selecciona, da forma, deja mechones o puntas afuera… y también vale por sí mismo como expresión del patetismo implícito en capturar aquel "aún".
Escribió
para Cuidamos tu cabello peluquería & libros, la colorista Beatriz Vignoli
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